5 Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; 6 al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; 7 a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, los harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos.
2 Pedro, 1:5-8
En 2 Pedro, 1:5-8 hay ocho cualidades que estamos llamados a cultivar. Cultivándolas nos harán fructíferos y productivos. También nos protegerán de falsas enseñanzas.
Fe
Virtud
Entendimiento
Dominio propio
Constancia
Devoción a Dios
Afecto fraternal
Amor
Dios nos a dado todo lo necesario para tenerlas. De una manera están depositadas dentro de nosotros cuando nos llamo en Cristo. Aunque Él nos los ha dado, nos llama a sacarlos a la luz. O dicho de otra manera, requiere que las cultivemos.
2 Pedro 1: 3-20 tiene ecos del Jardín de Edén. Dios provee todo lo necesario para cumplir Sus propósitos y nos invita a cultivarlo. Es decir, sacar lo que ya está ahí. Es como una semilla de aguacate. La semilla contiene todo lo necesario para que un día se convierta en un árbol que produzca kilos de deliciosos aguacates. Eso sí, hace falta que alguien plante la semilla y la cultive. De lo contrario, la semilla no alcanzará su potencial. El autor de 2 Pedro nos advierte que nuestra vida cristiana también puede ser improductiva si no la cultivamos. Podemos llevar este principio de cultivar a otras esferas de la vida.
Cultivando el matrimonio - un matrimonio tiene el potencial de ser fructífero, feliz, donde ambas partes crecen y maduran... pero requiere que lo cultiven. Requiere que ambas personas estén en la misma página y tengan conversaciones difíciles. Requiere la intención de tener tiempos específicos periódicamente para hacer un chequeo de conversaciones que les llamamos "cómo vamos en nuestro matrimonio".
Cultivando nuestros hijos - los niños necesitan un tiempo de desarrollo intencionado. Más que decirles lo que tienen que hacer, necesitan que se les conozca y se les escuche. Un padre puede cultivar lo que Dios ya ha plantado en ese niño, pero requiere tiempo para escuchar. La vida es dura y ajetreada, pero el tiempo que pasamos con nuestros hijos pasa rápido. Es importante dedicar tiempo a cada hijo para escucharle y cultivar sus cualidades.
Cultivarnos a nosotros mismos - si queremos mejorar nuestra vida física, emocional y espiritual, debemos cultivarla. Es el comienzo de un nuevo año y muchos quieren mejorar su salud física, así que hacen tiempo para ir al gimnasio y comer mejor. Sería extraño querer estar más sanos y no comer más que comida chatarra y sentarse en el sofá. Del mismo modo, para la salud emocional hay que cultivarla buscando ayuda externa. Por último, la vida espiritual, o vida con Dios, debe cultivarse a través de Cristo y del Espíritu Santo. Se puede empezar leyendo la Biblia a diario de forma cristocéntrica. También la oración, recordando qué podemos orar por lo que Cristo ha hecho, no por lo que hemos ganado.
¿qué otras relaciones y esferas se te ocurren que necesites cultivar en tu vida?
La pasividad no es una cualidad Cristiana. Esto es importante reconocer ya que, por lo menos en México, la tradición religiosa dominante valora la pasividad. Por ejemplo, tengo un problema y entonces pido un favor (milagro) a una figura religiosa. Esta mentalidad se infiltra en los matrimonios, las familias, las empresas, etc. De esta manera, la pasividad niega nuestra responsabilidad de trabajar en lo que Dios ya ha revelado como Su voluntad.
Somos llamados a cultivar para la gloria de Dios.
¡Excelente reflexión! Gracias, bro.