La Importancia de la Afirmación: Cultivando Amor y Confianza a Través de las Palabras
Las palabras son importantes. Tienen el poder de edificar a los demás o de derrumbarlos. Podemos usarlas para honrar a los demás o para deshonrarlos. Para animar o desanimar.
¿Se ha fijado alguien en algo de ti y te lo ha señalado con palabras que te han animado?
Afirmar a alguien significa expresar aprobación, apoyo o reconocimiento hacia la persona. La afirmación reconoce la identidad, valor, habilidades, acciones y sentimientos de la otra persona. La afirmación no es lo mismo que elogiar. El primero se centra en las cualidades existentes, mientras que el segundo en el resultado de algo hecho. Una se centra en quién es la persona y la otra en lo que hace.
En este post, exploraremos por qué la afirmación de los demás es importante, sus beneficios, y cómo la Biblia nos da ejemplos claros de su impacto.
La afirmación es una forma de ser generosos con otros y validar lo que Dios les ha dado y recordarles la obra de Dios a su favor en Cristo. Cuando hacemos esto le hacemos saber a otros que son vistos, escuchados, y valorados. En un mundo donde las palabras críticas y negativas causan heridas, la afirmación sirve como un bálsamo para sanar heridas. Cuando lo hacemos reflejamos el amor y cuidado que Dios Padre tiene por nosotros.
Cuando afirmamos a alguien les estamos diciendo:
"Te veo y te valoro tal como eres."
"Tus esfuerzos y contribuciones son importantes."
"Dios te ha dado una identidad y un propósito especial para tu vida."
Si las personas son un arbol, las afirmaciones que damos en Cristo son como lluvia para ellos. Podrán crecer y madurar.
Las afirmaciones pueden darse en cuatro categorías.
Identidad
Habilidad
Sentimientos
Crecimiento
3 ejemplos de afirmaciones en la biblia
Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo y vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. Y una voz desde el cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».
Mateo 3:16,17
Dios Padre afirma al Hijo. Una vez que Jesús es bautizado, el Padre utiliza palabras audibles para validar su identidad y mostrarle su apoyo. Para los que lo oyeron, estaba claro que Jesús no era una persona cualquiera, era el hijo de Dios. Aunque Dios había hablado a través de la Ley y los profetas, ahora enviaba a su hijo. El padre afirmó al Hijo en su identidad y con Su amor. Mostró su aprobación por lo que era y no por lo que había hecho. La afirmación ocurrió antes del ministerio público de Jesús.
Podríamos aprender a ser generosos con nuestras palabras con otros basados en la identidad que Dios les dio antes de señalar sus habilidades. Esto les dará confianza y fuerza para hacer lo que Dios les a mandado a hacer.
Esto es útil cuando alguien está lidiando con la culpa o la vergüenza de su pasado. En Cristo son perdonados, amados y aceptados. Esto no se basa en lo que hacen, sino en lo que Cristo ha hecho por ellos.
Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. En todas mis oraciones por todos ustedes siempre oro con alegría, porque han participado en el evangelio desde el primer día hasta ahora. Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.
Filipenses 1:3-6,
Pablo afirma a la iglesia en Filipos en dos sentidos. El primero reconoce cómo ellos están participando en la misión de Dios. Es muy probable que la participación a la que Pablo se refiere es económica, en oración y también animo. Cuando ellos hacen esto no solo ayudan al apóstol, pero también desde su lugar están contribuyendo al avance del Evangelio. El segundo sentido de la afirmación es cómo Dios esta obrando en ellos. La buena obra, o habilidades de los filipenses, es algo que Dios inicio y terminara. Estas afirmaciones sin duda animaron a la iglesia en Filipos. El autor de Filipenses afirmo a los lectores en su identidad, habilidad, y crecimiento.
Podríamos aprender a afirmar a las personas en sus buenas obras. Lo que se celebra se repite. Tal vez tengamos miedo de inflar el ego de alguien si lo afirmamos, pero este miedo puede controlarse asegurándonos de que sus habilidades se atribuyen a Dios, que se las dio.
Esta afirmación puede ayudar a alguien que lucha por ver la importancia de lo que hace. En el reino de Dios no hay recursos desperdiciados. Todos podemos contribuir a la expansión del reino cuando vivimos nuestra vida impactada por el Evangelio. Citando a Martin Lutero, «El zapatero cristiano cumple con su deber no poniendo crucecitas en los zapatos, sino haciendo buenos zapatos, porque a Dios le interesa la buena artesanía.»
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Josué 1:9
Dios afirma a Josué. Moisés, el primer líder de Israel, había muerto y Josué fue nombrado su sucesor. También tenía la ardua tarea de guiar a Israel a tomar la tierra prometida. Estaba llena de gigantes y naciones hostiles. Podríamos estar de acuerdo en que todos experimentaríamos dudas y miedo en esa situación. Josué necesitaba que lo animaran.
Dios afirma la identidad y habilidad de Josué. Primero, Dios le recuerda a Josué que él e Israel le pertenecen. Observa que Dios dice «Jehová tu Dios estará contigo», la parte de «tu Dios» implica identidad y pertenencia. Ahora no nombra habilidades explícitas en el texto, pero sí señala que Dios va con él. Dios es el que da las habilidades. Será Dios quien guíe a Su pueblo en misión a través de Josué. Por lo tanto, Josué debe permanecer cerca de Dios en todo momento (Josué 1:7,8).
Podemos aprender a afirmar a los que nos rodean estando presentes. Cuando se enfrentan a una tarea abrumadora podemos animarles recordándoles a quien le pertenecen. Dios en Cristo nos adopto cómo parte de Su pueblo al igual que Josué. Él jamas nos abandonara porque abandono a Cristo en nuestro lugar. Cristo sufrió el abandono del Padre por nosotros. También debemos estar dispuestos a apoyarles en lo que Dios les ha llamado a hacer.
3 formas de practicar la afirmación en nuestra cotidiana
Afirmar a otros no es complicado, pero requiere intención. Aquí hay algunas formas prácticas de hacerlo:
Escucha activamente: A veces, lo que alguien necesita es simplemente ser escuchado. Presta atención y valida sus emociones. Nota la afirmación de Dios en la comisión de Josué.
Ofrece palabras de ánimo: Por ejemplo, puedes decir: "Estoy orgulloso de ti". Nota la afirmación del Padre hacía Jesús en Su bautizo.
Reconoce los logros: No importa cuán pequeños sean, es importante celebrar los avances de los demás. Nota la afirmación de Pablo a los filipenses.
La afirmación no solo construye a las personas, sino que también refleja el corazón de Dios. Como seguidores de Cristo, tenemos el llamado de edificar a los demás con nuestras palabras y acciones, tal como se nos recuerda en Efesios 4:29:
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes."
Hoy te animo a buscar oportunidades para afirmar a quienes te rodean. Tus palabras pueden ser una fuente de esperanza, fortaleza y alegría para otros, mostrando así el amor de Dios en acción.
¿A quién puedes afirmar hoy?
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